De manera simultánea a los procesos de cambio económico y social que afectaban a Europa, la argentina iniciaba un camino de modernización económica. La explotación de los recursos de la extensa pampa con el fin de satisfacer las demandas del mercado externo requería abundante mano de obra, mucho más que su escasa población.
Estos dos procesos, argentino y europeo, coincidieron en el tiempo y de este modo se dio una secuencia de expulsión- atracción de población. No obstante, la llegada de europeos a la argentina no fue totalmente espontánea. el estado alentó la llegada de inmigrantes, por razones que iban desde la creencia en su aporte civilizatorio hasta la necesidad de asegurar el flujo de mano de obra.
El preámbulo de la constitución de 1853 convoca ofreciendo justicia, paz, bienestar y libertad a “todos los hombres del mundo que quieran habitar el suelo argentino”, el articulo 20 asegura a los extranjeros el goce de todos los derechos civiles del ciudadano; y el articulo 25 señala que “el gobierno federal fomentara la inmigración europea; y no podrá restringir, limitar ni agravar con impuesto alguno la entrada al territorio argentino”
A la amplia garantía a los derechos civiles asegurada por la constitución, el estado agrego el ofrecimiento de anticipos para pagar los pasajes, el alojamiento por cinco días en hoteles, asilos o concesión de tierras y ayuda para obtener inicialmente trabajo. También abrió agencias en Europa para que publicitaran las bondades del país entre los potenciales emigrantes.
La principal norma legal en torno a la inmigración fue la ley de inmigración y colonización o ley avellaneda del año 1876, que legisló de forma amplia el fenómeno inmigratorio. Sobre la base se esta ley se creo el departamento general de inmigración y oficinas de colocación de inmigrantes.
Gracias a eso, No hubo otro período en el que la proporción de extranjeros en edad adulta haya sido tan significativo; por más de setenta años, el 60% de la población de la Capital Federal y casi el 30% en las provincias de Buenos Aires, Córdoba y Santa Fe, eran inmigrantes. La europeización del país y la modificación del carácter nacional, tan anhelados por la generación de 1880, la elite política del momento, se tradujo en una política inmigratoria abierta.
ResponderEliminarHasta 1880, a través de las políticas de poblamiento, se intentó promover la agricultura, la ganadería y la red de transportes, para luego industrializar el país. Dentro de la heterogeneidad de la corriente inmigratoria, casi la mitad provenía de Italia, especialmente del sur, y una tercera parte de España.
ResponderEliminarLuego de 1880, comenzó la segunda etapa. A partir de aquí se buscó mano de obra para una producción agrícolo–ganadera masiva, pero pocos inmigrantes lograron ser propietarios. Ante el fracaso del plan de adjudicación de tierras en propiedad, el inmigrante se transformó en arrendatario o peón y buscó asilo en los centros urbanos. Así, las políticas de poblamiento fracasaron. Igualmente, al ser la inmigración mayoritariamente masculina, se ocupó de actividades rurales, favoreciendo el desarrollo de una economía agrícola que permitió que el país se convirtiera en el principal exportador de trigo en el mundo cuando, hasta 1870, la Argentina lo importaba.
Por eso tambien mas de la mitad de los inmigrantes Europeos se volvieron a su pais natal.
Qué interesante. Es bueno saber sobre la política migratoria. ¡Sigan así chicos!
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